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La riqueza no trae la excelencia (aka areté), pero la excelencia (aka areté) trae la riqueza y todas las demás bendiciones públicas y privadas para los hombres.
La riqueza no trae la excelencia (aka areté), pero la excelencia (aka areté) trae la riqueza y todas las demás bendiciones públicas y privadas para los hombres.