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La gracia está disponible para cada uno de nosotros cada día -nuestro pan espiritual de cada día-, pero tenemos que acordarnos de pedirla con un corazón agradecido y no preocuparnos por si habrá suficiente para mañana.
La gracia está disponible para cada uno de nosotros cada día -nuestro pan espiritual de cada día-, pero tenemos que acordarnos de pedirla con un corazón agradecido y no preocuparnos por si habrá suficiente para mañana.