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La codicia lleva a una persona al abrevadero, pero la devuelve sin dejarle beber. Asume su responsabilidad, pero no la cumple. A menudo, el bebedor se ahoga antes de saciar su sed. Cuanto mayor es el valor de una cosa anhelada, mayor es el dolor por su pérdida. Los deseos ciegan los ojos del entendimiento. La parte destinada llegará a quien no se acerque a ella.