Los corresponsales internacionales, con sus largos dictáfonos y sus vaqueros sucios, y quinientas palabras antes del whisky, están encorvados sobre las sillas de terciopelo rojo, en la sección VIP de delante, buscando la Historia: la muerte más macheteante, el tesoro más corrupto, la guerra civil más devoradora de serpientes, el dictador más cocodrilante, el pulitzer más desgarrador y genocida, el niño negro más hambriento de Oxfam, los salvajes africanos más salvajes teniendo sexo con niñas genéticamente mutiladas y enfermas de SIDA... La más auténtica historia real Africanest Negro que pueden encontrar.