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Un niño nace sin estado de ánimo,
Ciego a los caminos de la humanidad.
Dios te sonríe pero también frunce el ceño,
Porque sólo Dios sabe por lo que pasarás.
Un niño nace sin estado de ánimo,
Ciego a los caminos de la humanidad.
Dios te sonríe pero también frunce el ceño,
Porque sólo Dios sabe por lo que pasarás.