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Dios sabe que detesto la esclavitud, pero es un mal existente, del que no somos responsables, y debemos soportarlo, hasta que podamos deshacernos de él sin destruir la última esperanza de un gobierno libre en el mundo.
Dios sabe que detesto la esclavitud, pero es un mal existente, del que no somos responsables, y debemos soportarlo, hasta que podamos deshacernos de él sin destruir la última esperanza de un gobierno libre en el mundo.