-
Quienes dicen que debemos amar a nuestros conciudadanos pero no a los extranjeros, destruyen la fraternidad universal de la humanidad, con lo cual la benevolencia y la justicia perecerían para siempre.
Quienes dicen que debemos amar a nuestros conciudadanos pero no a los extranjeros, destruyen la fraternidad universal de la humanidad, con lo cual la benevolencia y la justicia perecerían para siempre.