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Usted y yo, como ciudadanos, tenemos la obligación de dar forma a los debates de nuestro tiempo, no sólo con los votos que emitimos, sino con las voces que alzamos en defensa de nuestros valores más antiguos y nuestras ideas más perdurables.
Usted y yo, como ciudadanos, tenemos la obligación de dar forma a los debates de nuestro tiempo, no sólo con los votos que emitimos, sino con las voces que alzamos en defensa de nuestros valores más antiguos y nuestras ideas más perdurables.