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  • Los estadounidenses siguen padeciendo una capacidad de atención notoriamente corta. Se enfadan como locos con una frecuencia razonable, pero enseguida vuelven a sus familias y a sus comedias. Mientras tanto, los grupos de presión empresariales se quedan donde están, sobreviviendo a toda la histeria populista.

    "Who speaks for me?" by Eric Alterman, www.motherjones.com. January/February 1994.