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Todo el horror de lo que ha ocurrido en Estados Unidos esta mañana está cada vez más claro. Es difícil incluso contemplar la carnicería y el terror absolutos en que se han visto sumidas tantas personas inocentes. Hemos ofrecido al Presidente Bush y al pueblo estadounidense nuestra solidaridad, nuestra profunda simpatía y nuestras oraciones. Pero es evidente que ciudadanos de muchos países de todo el mundo, incluida Gran Bretaña, se habrán visto envueltos en este terror.