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Lo más duro es pasarse doce horas al día acomodándose al resto del mundo, y luego volver a casa por la noche y criticarlo. Tendría curiosidad por saber qué escribiría si no tuviera que preocuparme por ofender.
Lo más duro es pasarse doce horas al día acomodándose al resto del mundo, y luego volver a casa por la noche y criticarlo. Tendría curiosidad por saber qué escribiría si no tuviera que preocuparme por ofender.