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No hablemos de días más oscuros, hablemos más bien de días más duros. Estos no son días oscuros: estos son días grandiosos, los días más grandiosos que nuestro país haya vivido jamás; y todos debemos dar gracias a Dios porque se nos ha permitido, a cada uno de nosotros según nuestra posición, desempeñar un papel en hacer que estos días sean memorables en la historia de nuestra raza.