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A los diecinueve años estaba bastante seguro de que iba a ser futbolista profesional. Por entonces jugaba en una de las principales ligas noruegas. Pero me rompí los ligamentos de las dos rodillas, así que empecé a estudiar administración de empresas y economía y me hice analista financiero, y trabajé en una empresa de corretaje como agente de bolsa.