Esta devoción, tan grande y tan confiada, a la augusta Reina del Cielo, nunca se ha manifestado con tanto resplandor como cuando la Iglesia militante de Go ha parecido estar en peligro por la violencia de la herejía difundida en el extranjero, o por una intolerable corrupción moral, o por los ataques de poderosos enemigos. La historia antigua y moderna y los anales más sagrados de la Iglesia dan testimonio de las súplicas públicas y privadas dirigidas a la Madre de Dios, de la ayuda que Ella ha concedido a cambio, y de la paz y tranquilidad que Ella ha obtenido de Dios.