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Al concentrar nuestra atención en el efecto más que en las causas, podemos evitar la laboriosa y casi imposible tarea de intentar detectar y desviar las numerosas influencias psicológicas sobre la afición.
Al concentrar nuestra atención en el efecto más que en las causas, podemos evitar la laboriosa y casi imposible tarea de intentar detectar y desviar las numerosas influencias psicológicas sobre la afición.