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  • Seamos un pueblo que asiste al templo. Asista al templo con la frecuencia que sus circunstancias personales le permitan. Mantenga una imagen de un templo en su casa para que sus hijos puedan verla. Enséñeles los propósitos de la Casa del Señor. Hagan que planifiquen desde su más temprana edad ir allí y permanecer dignos de esa bendición.