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  • El Estado mundial debe comenzar, sólo puede comenzar, como una secta propagandística, o como un grupo de sectas propagandísticas, a las que los hombres y las mujeres deben entregarse y entregar sus energías, sin tener en cuenta las consecuencias para ellos mismos Las actividades de una secta que se propusiera realizar el Estado mundial serían al principio propagandísticas, serían intelectuales y educativas, y sólo cuando se hubiera acumulado una masa suficiente de opinión y voluntad se convertirían en una medida predominantemente constructiva desde el punto de vista político. Tal culto debe dirigirse particularmente a la enseñanza de los jóvenes.