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Deberíais ser testigos reales de un mundo de hacer y actuar de otra manera. Pero en la vida es difícil que todo sea claro, preciso, perfilado nítidamente. La vida es complicada; se compone de gracia y pecado. Quien no peca no es humano. Todos cometemos errores y debemos reconocer nuestra debilidad. Un religioso que se reconoce débil y pecador no niega el testimonio que está llamado a dar, sino que lo refuerza, y esto es bueno para todos. Por tanto, lo que espero de vosotros es que deis testimonio. Quiero este testimonio especial de los religiosos.