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El profeta muestra que, en aras del silencio, debemos abstenernos incluso de hablar bien. Si esto es así, ¡cuánto más necesario es que nos abstengamos de las malas palabras, a causa de la pena del pecado!
El profeta muestra que, en aras del silencio, debemos abstenernos incluso de hablar bien. Si esto es así, ¡cuánto más necesario es que nos abstengamos de las malas palabras, a causa de la pena del pecado!