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  • En el evangelio de Jesucristo tienes ayuda de ambos lados del velo, y nunca debes olvidar eso. Cuando la desilusión y el desaliento te golpeen -y lo harán- recuerda y nunca olvides que si nuestros ojos pudieran abrirse veríamos caballos y carros de fuego hasta donde alcanza la vista cabalgando a velocidad temeraria para venir a protegernos. Siempre estarán allí, estos ejércitos del cielo, en defensa de la simiente de Abraham.