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Mientras avanzamos hacia el futuro, no debemos descuidar las lecciones del pasado. Nuestro Padre Celestial dio a Su Hijo. El Hijo de Dios dio Su vida. Ellos nos piden que demos nuestras vidas, por así decirlo, a Su servicio divino. ¿Lo harás tú? ¿Lo haré yo? ¿Lo haremos? Hay lecciones que enseñar, hay buenas obras que hacer, hay almas que salvar.