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Siempre he pensado que la clave de una buena vida sexual es la variedad. Por eso Dios me dio dos manos. A los seres humanos nos encanta el sexo, lo necesitamos, es la forma en que conectamos, nos recuerda que estamos vivos, es la tercera necesidad humana más básica, después de la comida y las buenas palomitas de cine.