-
El mundo no enseñó nada a las mujeres y luego dijo que su trabajo no tenía valor. No le permitía opinar y decía que no sabía pensar. Le prohibió hablar en público y dijo que el sexo no tenía oradores. Le negó las escuelas y dijo que el sexo no tenía genios. La despojó de todo vestigio de responsabilidad, y luego la llamó débil. Le enseñó que todo placer debe venir como un favor de los hombres y cuando, para obtenerlo, se engalanó con pintura y plumas finas, como le habían enseñado a hacer, la llamó vanidosa.