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Cada ser humano es una gota de lluvia. Y cuando un número suficiente de gotas de lluvia se vuelve claro y coherente, se convierte en la fuerza de la tormenta.
Cada ser humano es una gota de lluvia. Y cuando un número suficiente de gotas de lluvia se vuelve claro y coherente, se convierte en la fuerza de la tormenta.