-
Con dos mil años de cristianismo a sus espaldas... un hombre no puede ver desfilar a un regimiento de soldados sin volverse loco. Se le meten demasiadas ideas en la cabeza.
Con dos mil años de cristianismo a sus espaldas... un hombre no puede ver desfilar a un regimiento de soldados sin volverse loco. Se le meten demasiadas ideas en la cabeza.