Piénsalo de este modo: Hay dos tipos de fracaso. El primero consiste en no probar nunca tus ideas porque tienes miedo o porque estás esperando el momento perfecto. De este tipo de fracaso nunca se aprende, y la timidez te destruirá. El segundo se debe a un espíritu audaz y aventurero. Si fracasas de esta manera, el golpe que recibes en tu reputación es muy superior a lo que aprendes. Los fracasos repetidos endurecerán tu espíritu y te mostrarán con absoluta claridad cómo deben hacerse las cosas.