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Cuando una persona se da cuenta de que ha sido profundamente escuchada, se le humedecen los ojos. Creo que, en cierto sentido, llora de alegría. Es como si dijera: "Gracias a Dios, alguien me ha escuchado. Alguien sabe lo que es ser yo".
Cuando una persona se da cuenta de que ha sido profundamente escuchada, se le humedecen los ojos. Creo que, en cierto sentido, llora de alegría. Es como si dijera: "Gracias a Dios, alguien me ha escuchado. Alguien sabe lo que es ser yo".