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La verdadera empatía siempre está libre de cualquier cualidad evaluativa o diagnóstica. El que la recibe se sorprende. "Si no me juzgan, quizá no sea tan malo o anormal como creía".
La verdadera empatía siempre está libre de cualquier cualidad evaluativa o diagnóstica. El que la recibe se sorprende. "Si no me juzgan, quizá no sea tan malo o anormal como creía".