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  • ¿Cómo podría progresar la mente humana, mientras está atormentada con fantasmas espantosos, y guiada por hombres, interesados en perpetuar su ignorancia y sus temores? El hombre ha sido obligado a vegetar en su estupidez primitiva: se le han enseñado historias sobre poderes invisibles de los que se suponía que dependía su felicidad. Ocupado únicamente por sus temores y por ensueños ininteligibles, ha estado siempre a merced de los sacerdotes, que se han reservado el derecho de pensar por él y de dirigir sus actos.