-
Debo mi éxito al hecho de que nunca tuve un reloj en mi lugar de trabajo. Setenta y cinco de nosotros trabajábamos veinte horas diarias y dormíamos sólo cuatro, y prosperábamos con ello.
Debo mi éxito al hecho de que nunca tuve un reloj en mi lugar de trabajo. Setenta y cinco de nosotros trabajábamos veinte horas diarias y dormíamos sólo cuatro, y prosperábamos con ello.