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El dios del mundo es el oro y la plata. El mundo adora a este dios. Es todopoderoso para ellos, aunque no estén dispuestos a reconocerlo. Ahora está diseñado, en la providencia de Dios, que los Santos de los Últimos Días demuestren si han avanzado tanto en el conocimiento, en la sabiduría y en el poder de Dios que no pueden ser vencidos por el dios del mundo. Debemos llegar a ese punto.