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  • Qué agradable es la compañía de personas generosas, que pasan por alto nimiedades y mantienen su mente instintivamente fija en todo lo que es bueno y positivo en el mundo que les rodea. La gente de bajo calibre siempre está quejándose. Se empeñan en demostrar su propia superioridad, sus conocimientos, sus proezas o su buena educación. Pero las personas magnánimas no tienen vanidad, no tienen celos, y se alimentan de lo verdadero y lo sólido allí donde lo encuentran. Y lo que es más, lo encuentran en todas partes.