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Rey Enrique: ¡Pero qué punto, mi señor, hizo vuestro halcón, y qué altura voló por encima de los demás! ¡Ver cómo Dios obra en todas sus criaturas! Sí, los hombres y los pájaros prefieren subir alto. Suffolk: No es maravilla, si como vuestra majestad, los halcones protectores de mi señor se elevan tan bien; Saben que a sus amos les gusta estar en lo alto, Y llevan sus pensamientos por encima de la altura de su halcón. Gloucester: Mi señor, no es más que una mente vil e innoble que no se eleva más de lo que un pájaro puede volar.