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El béisbol es el más perfecto de los juegos, sólido, verdadero, puro y precioso como los diamantes. Ojalá la vida fuera tan sencilla. Dentro de las líneas de fondo puede pasar cualquier cosa. Las mareas pueden invertirse; los océanos pueden abrirse. Por eso dicen que no dejamos de jugar porque nos hacemos viejos. Envejecemos porque dejamos de jugar.