Puede que los bancos estadounidenses no fueran capaces de proporcionar préstamos adecuados, pero el consorcio Rothschild de Gran Bretaña podía y quería hacerlo. Fue durante esta época cuando los Rothschild estaban consolidando sus nuevas participaciones industriales en Estados Unidos a través de su agente, August Belmont. Derek Wilson nos dice: "Poseían o tenían importantes participaciones en ferrerías centroamericanas, empresas norteamericanas de construcción de canales y una multiplicidad de otros negocios. Se convirtieron en los principales importadores de lingotes de oro de los yacimientos recién descubiertos".