Estoy seguro de que quienes creen en la creencia se equivocan. Es decir, no necesitamos conservar el mito de Dios para preservar una sociedad justa y estable, como tampoco necesitábamos aferrarnos al patrón oro para mantener la solidez de nuestra moneda. Era una muleta útil, pero la hemos superado. Dinamarca, según un estudio reciente, es la nación más sana, feliz y libre de delincuencia del mundo, y en general los daneses simplemente ignoran la cuestión de Dios. Esperemos que los que creen en la creencia se equivoquen, porque la creencia está decayendo rápidamente y los puntales están empezando a ceder.