Autores:
  • El pecado siempre apunta al máximo; cada vez que se levanta para tentar o seducir, si se sale con la suya llegará al máximo pecado en esa clase. Cada pensamiento o mirada impura sería adulterio si pudiera, cada pensamiento de incredulidad sería ateísmo si se le permitiera desarrollarse. Cada aumento de la lujuria, si se sale con la suya alcanza el colmo de la villanía; es como la tumba que nunca está satisfecha. El engaño del pecado se ve en que es modesto en sus primeras propuestas, pero cuando prevalece endurece los corazones de los hombres y los lleva a la ruina.