-
Supongamos que mediante la venganza pudieras destruir a un enemigo; sin embargo, ejercitando el temple del cristiano podrías vencer a tres: tu propia lujuria, la tentación de Satanás y el corazón de tu enemigo.
Supongamos que mediante la venganza pudieras destruir a un enemigo; sin embargo, ejercitando el temple del cristiano podrías vencer a tres: tu propia lujuria, la tentación de Satanás y el corazón de tu enemigo.