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Entonces, un día, pondremos la recompensa en el antiguo lugar, y pondremos la rata, y, por golloy, el viejo hábito se recordará enseguida. los hábitos nunca desaparecen realmente. Están codificados en las estructuras de nuestro cerebro, y eso es una gran ventaja para nosotros, porque sería horrible tener que volver a aprender a conducir después de cada vacaciones. El problema es que el cerebro no distingue entre hábitos buenos y malos, así que si tienes uno malo, siempre está ahí, esperando las señales y recompensas adecuadas.