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Si bajas el ruido ambiental de tu vida y escuchas expectante esos susurros de Dios, tus oídos los oirán. Y cuando los sigas, tu mundo se tambaleará.
Si bajas el ruido ambiental de tu vida y escuchas expectante esos susurros de Dios, tus oídos los oirán. Y cuando los sigas, tu mundo se tambaleará.