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Las aventuras llegan a los aventureros, y las cosas misteriosas caen en el camino de aquellos que, con asombro e imaginación, están al acecho de ellas; pero la mayoría de la gente pasa por delante de las puertas que están medio entreabiertas, creyéndolas cerradas, y no se dan cuenta de los débiles movimientos de la gran cortina que cuelga siempre en forma de apariencias entre ellos y el mundo de las causas que hay detrás.