Un compañero y yo recogimos a dos pájaros preciosos y nos llevaron a su piso. Entré en el dormitorio con mi pájaro y ella empezó a desvestirse. Yo estaba tan borracho que me quedé parado preguntándome cómo desnudarme sin soltar el premio. Fui a sentarme en la cama, fallé por metro y medio y acabé tirado en el suelo. Recuerdo que el pájaro me miró y dijo: 'Vaya jugador del año'. Luego me dormí. Me desperté con el premio en la mano y salí tambaleándome del piso. No tenía ni puta idea de dónde estaba.