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Uno cree, con el tiempo, que nada puede perturbarle y que sus nervios son inexpugnables. Sin embargo, al contemplar aquel rostro familiar, me di cuenta de que la muerte es algo a lo que nunca nos acostumbramos.
Uno cree, con el tiempo, que nada puede perturbarle y que sus nervios son inexpugnables. Sin embargo, al contemplar aquel rostro familiar, me di cuenta de que la muerte es algo a lo que nunca nos acostumbramos.