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No se puede entrenar el deseo, y no importa lo sofisticado que sea tu plan de entrenamiento o lo altos que sean tus objetivos, todo se reduce a salir a la puerta y hacer el trabajo día tras día.
No se puede entrenar el deseo, y no importa lo sofisticado que sea tu plan de entrenamiento o lo altos que sean tus objetivos, todo se reduce a salir a la puerta y hacer el trabajo día tras día.