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  • Siempre me han cabreado un poco esos escépticos de los periódicos de gran tirada que se ganan la vida enfadándose apasionadamente por la homeopatía, Dios, la sincronicidad o lo que sea, porque es como si no pudieran superar sus emociones, y en su rabia se vuelven tan creyentes como las creencias que critican. Siempre he dicho que dan mala fama a los científicos. Al fin y al cabo, la ciencia tiene que consistir en hacer preguntas impensables, no en cerrar el debate.