Autores:
  • El matrimonio significa entregar uno mismo, su cuerpo, su futuro, su patrimonio a la persona a la que se ama entrañablemente, aunque esta persona siga siendo, en muchos sentidos, un extraño. Este tremendo acto de fe es algo que puede desatar en cada amante poderes de compasión, generosidad, alegría, pasión, fidelidad y esperanza que nadie adivinaba que estuvieran ahí. Por eso, la confianza de los jóvenes amantes no es tonta ni arrogante, sino la expresión de un hecho básico de la experiencia humana: que los mayores dones humanos sólo se ponen en marcha cuando las personas están dispuestas a arriesgarlo todo, y primero se arriesga uno ante Dios.