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Todo el universo o la estructura que lo percibe es un digno oponente, pero por mucho que lo intente no puedo escapar al sonido del sufrimiento. Tal vez cuando sea viejo me reconforte deambular por un laboratorio y hablar amablemente con los estudiantes en las tardes de verano, y acepte el sufrimiento con despreocupación. Pero ahora no; los hombres en la flor de la vida, si tienen convicciones, deben actuar en consecuencia.