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La manera de enfrentarse a la superstición no es ser cortés con ella, sino atacarla con todas las armas, y así derrotarla, paralizarla y hacerla infame y ridícula para siempre.
La manera de enfrentarse a la superstición no es ser cortés con ella, sino atacarla con todas las armas, y así derrotarla, paralizarla y hacerla infame y ridícula para siempre.