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Jugué desde que tenía siete años. Mi padre era mi entrenador de primera base. Tuve oportunidades que nunca llegué a aprovechar, con algunos equipos de Miami y algunas universidades más grandes, y luego acabé dejándolo y empecé a cocinar.
Jugué desde que tenía siete años. Mi padre era mi entrenador de primera base. Tuve oportunidades que nunca llegué a aprovechar, con algunos equipos de Miami y algunas universidades más grandes, y luego acabé dejándolo y empecé a cocinar.