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En todo, depende de ti mismo, pero trabaja en armonía con todas las cosas. No dependas ni siquiera del Infinito, sino aprende a trabajar y a vivir en armonía con el Infinito. Las más elevadas enseñanzas de Cristo revelan muy claramente el principio de que ningún alma fue creada para ser un mero instrumento indefenso en manos del Poder Supremo, sino que cada alma debe actuar y vivir en perfecta unidad con ese Poder. Y la promesa es que todos nosotros no sólo debemos hacer las cosas que Cristo hizo, sino cosas aún mayores.